El 15% de la producción deslocalizada ha retornado de nuevo a la Península
Ahora, el gran desafío en España es el de reconstruir un sector industrial desaparecido en buena parte con la deslocalización. Y para que sea efectivo ‘habrá que hacer’— explica Asensio—, presidente de la Federación Española de Empresas de la Confección (Fedecom), ‘una reorganización que dé capacidad de respuesta a las nuevas demandas de la producción’. Harán falta enormes inversiones en equipos de última generación y en la formación de personal en las nuevas técnicas.
España, que tenía en los noventa más de 300.000 trabajadores en el sector, ahora cuenta con poco más de 135.000. Sin embargo, cuando se pensaba que la tendencia era inexorable, hay señales de que está cambiando. Según Asensio, el 15% de la producción que se deslocalizó ya ha regresado a España y a Portugal.
Se trata de un fenómeno no exclusivo de la Península. En Estados Unidos, que aún produce fuera el 97% del vestuario que consume, marcas de moda como Karen Kane, Abercrombie, Levi's, American Giant o Brooks Brothers están trayendo o van a traer producción a casa. Según un estudio de The Boston Consulting Group (BCG), el 48% de las firmas de Estados Unidos con facturación superior a 10.000 millones de dólares han anunciado su intención de relocalizar producción en el país. En Europa hay movimientos similares.
De hecho, empresas medianas anuncian el traslado de su confección a plantas españolas, pero también grandes como LVMH, que decidió en 2010 abrir una planta en España donde fabricará cinturones para todo el mundo. Otra de las grandes que ha aumentado dependencia de los proveedores españoles es Inditex, que subió sus encargos de 2.000 a 3.400 millones de euros entre 2011 y 2012.
La clave es China, que ya no es tan atractiva como plataforma de producción para exportar. La fuerte subida de los salarios, junto con la apreciación del yuan, y una vez sumados los costes de transporte o arancelarios, ha borrado los diferenciales de hace años. Según el BCG, los salarios en la industria china han subido el 19% anual entre 2005 y 2010, mientras que en Estados Unidos caían un 2,2%. También las condiciones laborales son más exigentes. Al revés que en Europa y EE UU, donde la desregulación laboral y salarial va en aumento.
Por supuesto que las marcas occidentales no van a abandonar China, que tiene un mercado interno de 1.500 millones de personas. Lo que ahora comienza a resultar más competitivo que antes es fabricar en Europa o en Estados Unidos.
Otro factor a tener en cuenta es que se ha impuesto el pronto-moda’, que exige proximidad. Las marcas tienen que reponer sus existencias con gran frecuencia, y no pueden esperar envíos desde China.
Estados Unidos y el Reino Unido han puesto en marcha iniciativas para lograr este regreso de la confección. El Ejecutivo británico presentó un plan para impulsar la industria textil y crear 200.000 empleos. En Estados Unidos, algunas ciudades han creado iniciativas locales como la de manufacture in New York. Muchas organizaciones empresariales del sector empiezan también a actuar. El Ministerio de Industria de nuestro país estudia la posibilidad de incentivar el desarrollo de sus infraestructuras a aquellas firmas que decidan el regreso de su producción. En Valencia, la patronal de productos infantiles, ASEPRI, promovió un centro de producción multiempresa que se dedicará en una primera fase a confeccionar moda infantil. Y ya se han apuntado seis empresas.
