¿Uniformar o formar?
Redacción Jobwear07/11/2013
Los uniformes escolares no quedan exentos de conflicto. De hecho es uno de los temas que más debate genera, puesto que no se trata exactamente de una “imagen de empresa”, aunque se asemeja, porqué no hay duda de que, aunque se trate de una escuela, el uniforme vende una imagen. La cuestión es ¿qué tipo de percepción social transmiten los uniformes escolares? ¿Qué opinión tiene la sociedad sobre la obligatoriedad de los uniformes? ¿Relacionamos uniformes con conservadurismo, dinero o pijerío? O por el contrario, ¿se cree que el uniforme es una forma de igualdad entre los niños? ¿Es positivo para el desarrollo de la personalidad de nuestros hijos?
Hay opiniones para todo y el debate está servido. Por un lado, el sector de la sociedad que defiende el uso de uniforme argumenta que, a largo plazo es económico, ya que la cantidad de ropa que hay que comprar a los hijos es infinitamente menor, y no hay problemas con el ¿qué me pongo/qué le pongo?.
Otros argumentos son la menor discriminación y presión social entre niños, ya que no todas las familias pueden acceder a pagar según qué a las marcas que estén de moda. El hecho de no llevar uniforme puede provocar que se formen subgrupos dentro de clase en función de la ropa, y detrás de ello está la capacidad económica de la familia. Ya se sabe que los niños a veces pueden ser muy crueles entre ellos. Además promueve la disciplina ya que el solo hecho de llevarlo implica que se deben acatar unas normas. Los uniformes, entonces, pueden evitar que los alumnos se distraigan en clase con temas que no sean académicos: “me quiero comprar esa falda”, “¡qué zapatos más feos!”.
Por último, el uniforme evita que los profesores o el consejo escolar tenga que establecer límites sobre cómo pueden y cómo no pueden ir vestidos los niños al colegio, y permite que los alumnos que pertenecen a él sean fácilmente identificables. Para mí, este es el punto de inflexión sobre el que pueden empezar los argumentos en contra. De hecho, es un argumento ambiguo en función de los principios de cada persona.
Como digo, el uniforme evita que se tengan que establecer límites en cuanto a vestimenta, y además hace que los alumnos sean rápidamente identificables, pero… ¿eso es bueno? El uniforme puede coartar la libertad del niño para expresar su personalidad, ya que la indumentaria es una parte importantísima para expresar los sentimientos y la manera de ser de uno. Y además, el hecho de ser fácilmente identificable puede crear un efecto contrario al que se intenta evitar con los uniformes precisamente. La diferenciación por “status” entre los alumnos de este y otros colegios.
Tradicionalmente el uniforme ha estado asociado a colegios de pago, de gente con un cierto nivel de vida, y a un tipo de educación conservadora. Ya hemos hablado de la influencia social que pueden tener los uniformes en general, y si además si éste es el clásico rojo y blanco con faldas de cuadros, la percepción social es clara: Colegios privados y status, además de sexismo.
Se argumenta que los uniformes fomentan el sexismo ya que en el uniforme clásico del que hablamos, los niños deben vestir con pantalón y las niñas obligatoriamente con falda, y por ende no se presta la importancia necesaria a los criterios personales de cada niño dado que aunque sean pequeños, tienen sus preferencias a la hora de vestir. Los uniformes de colegio van en contra de la libertad de expresión e inhiben la individualidad de los niños y no ayudan a crear un pensamiento crítico y libre.
Algunas soluciones o puntos intermedios a los que se podría llegar en los colegios donde hay debate es:
-Una modernización del uniforme, así como del ideario del colegio. ¿Qué tal si el uniforme son unos tejanos y una camisa, con libertad de elección del calzado, por ejemplo?
-Flexibilización en cuanto a la forma de llevar el uniforme (permitir llevar las camisas por fuera, o a las chicas con pantalón).
-Uso limitado del uniforme hasta cierta edad en la que los chicos/as ya pueden decidir cómo vestirse y tienen criterios éticos en cuanto a ello (saben que no deben ir al colegio como van a la discoteca).
¿Vosotros qué opináis sobre la necesidad de uniformar a los niños en los colegios? ¿Deberían poner también uniformes los colegios públicos?
Hay opiniones para todo y el debate está servido. Por un lado, el sector de la sociedad que defiende el uso de uniforme argumenta que, a largo plazo es económico, ya que la cantidad de ropa que hay que comprar a los hijos es infinitamente menor, y no hay problemas con el ¿qué me pongo/qué le pongo?.
Otros argumentos son la menor discriminación y presión social entre niños, ya que no todas las familias pueden acceder a pagar según qué a las marcas que estén de moda. El hecho de no llevar uniforme puede provocar que se formen subgrupos dentro de clase en función de la ropa, y detrás de ello está la capacidad económica de la familia. Ya se sabe que los niños a veces pueden ser muy crueles entre ellos. Además promueve la disciplina ya que el solo hecho de llevarlo implica que se deben acatar unas normas. Los uniformes, entonces, pueden evitar que los alumnos se distraigan en clase con temas que no sean académicos: “me quiero comprar esa falda”, “¡qué zapatos más feos!”.
Por último, el uniforme evita que los profesores o el consejo escolar tenga que establecer límites sobre cómo pueden y cómo no pueden ir vestidos los niños al colegio, y permite que los alumnos que pertenecen a él sean fácilmente identificables. Para mí, este es el punto de inflexión sobre el que pueden empezar los argumentos en contra. De hecho, es un argumento ambiguo en función de los principios de cada persona.
Como digo, el uniforme evita que se tengan que establecer límites en cuanto a vestimenta, y además hace que los alumnos sean rápidamente identificables, pero… ¿eso es bueno? El uniforme puede coartar la libertad del niño para expresar su personalidad, ya que la indumentaria es una parte importantísima para expresar los sentimientos y la manera de ser de uno. Y además, el hecho de ser fácilmente identificable puede crear un efecto contrario al que se intenta evitar con los uniformes precisamente. La diferenciación por “status” entre los alumnos de este y otros colegios.
Tradicionalmente el uniforme ha estado asociado a colegios de pago, de gente con un cierto nivel de vida, y a un tipo de educación conservadora. Ya hemos hablado de la influencia social que pueden tener los uniformes en general, y si además si éste es el clásico rojo y blanco con faldas de cuadros, la percepción social es clara: Colegios privados y status, además de sexismo.
Se argumenta que los uniformes fomentan el sexismo ya que en el uniforme clásico del que hablamos, los niños deben vestir con pantalón y las niñas obligatoriamente con falda, y por ende no se presta la importancia necesaria a los criterios personales de cada niño dado que aunque sean pequeños, tienen sus preferencias a la hora de vestir. Los uniformes de colegio van en contra de la libertad de expresión e inhiben la individualidad de los niños y no ayudan a crear un pensamiento crítico y libre.
Algunas soluciones o puntos intermedios a los que se podría llegar en los colegios donde hay debate es:
-Una modernización del uniforme, así como del ideario del colegio. ¿Qué tal si el uniforme son unos tejanos y una camisa, con libertad de elección del calzado, por ejemplo?
-Flexibilización en cuanto a la forma de llevar el uniforme (permitir llevar las camisas por fuera, o a las chicas con pantalón).
-Uso limitado del uniforme hasta cierta edad en la que los chicos/as ya pueden decidir cómo vestirse y tienen criterios éticos en cuanto a ello (saben que no deben ir al colegio como van a la discoteca).
¿Vosotros qué opináis sobre la necesidad de uniformar a los niños en los colegios? ¿Deberían poner también uniformes los colegios públicos?
